Por esta razón Smith comenzó su educación universitaria en ese país, en la Escuela de Artes Visuales de la Ciudad de Nueva York para luego complementar sus estudios asistiendo a la Escuela Mason Gross de las Artes en la Universidad de Rutgers, New Brunswick, Nueva Jersey, obteniendo con honores su Licenciatura en Pintura.
Su trabajo explora la lucha continua para integrar la dualidad de los mundos que existen en cada uno de nosotros: el mundo externo que es la suma de nuestras experiencias sensoriales, y el mundo interior de nuestra mente y emociones con nuestra existencia física y visceral.
Se ve en la interdependencia de los contrastes y las realidades, a menudo con puntos de vista contradictorios como la idea de que para apreciar la belleza y la luz, se debe permitir necesariamente que la verdadera oscuridad, que forma parte tan importante de nuestras vidas, se haga presente. Orden y caos, lo cerebral y lo instintivo, lo sagrado y lo profano, cada uno requiere indefectiblemente del otro.
La pintura de Samantha es un espacio donde existe la oportunidad de comenzar a aceptar el azar y el accidente. Un lugar donde uno puede rendirse, aunque sólo sea por un momento, a la pérdida de control y la libertad que esto puede traer, y dónde conocer dónde están los límites de lugar y tiempo no es para nada relevante.
El tratamiento de la luz de las obras de Samantha ha evolucionado desde lo rudo a lo profundamente sutil, haciendo de sus obras elementos particulares que brillan con luz propia.
Los invito a disfrutar parte de su obra reciente.
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